29/09/2022
Acuerdo a tres partes, hoy ampliado, valió para acoger 40 personas, huidas de Ucrania, en Sobrado del Obispo
Nuestro ayuntamiento se hizo cargo de las reformas precisas en el entorno y en las instalaciones de acogida, el Pazo de Mitra en Sobrado do Bispo
Un acuerdo entre Cruz Roja, el ayuntamiento de Barbadás y la congregación religiosa “Esclavas de la Santa Eucaristía” , hizo posible la instalación en el antiguo Pazo de la Mitra (Sobrado do Bispo), de un grupo de alrededor de 40 personas procedentes de Ucrania desde el mes de julio, lo que supuso la primera “acogida de emergencia” para la ONG en Ourense.
- La coordinadora provincial de Cruz Roja en Ourense, María Visitación López Casero (“Marisa”) y la responsable de Comunicación, Ángeles Ramallo, nos explicaron el reto que supuso esta actuación, resultado de un trabajo “muy organizado toda vez que estamos en la periferia y, por lo tanto, no fuimos los primeros en actuar en la crisis de refugiados surgida por el conflicto ruso”, señala Marisa.
- En toda Galicia, Cruz Roja intervino en la acogida de más de 750 personas “con apoyo a todas las entidades que lo pidieron en Maceda, Baños de Molgas, en las instalaciones del Seminario de Ourense, con Adif…”, recuerda Marisa.
- Según datos de agosto, más de 7 millones de ucranianos huyeron de su país desde el inicio de la guerra ruso-ucraniana, y de ellos, según Marisa, cerca de mil fueron llegando a Galicia desde abril. En el caso de Ourense, los primeros fueron instalados en hoteles como el del Cumial, de donde fueron trasladados la otros lugares como Baños de Molgas.
Cooperación para acogida de emergencia
- Ángeles recuerda que el Ayuntamiento de Barbadás ofreció su colaboración, después de hablar con la congregación religiosa, para disponer de su edificio en Sobrado do Obispo, que antes había sido colegio e internado, en el histórico Pazo da Mitra.
“Nos entrevistamos con las partes implicadas y vimos una oportunidad que se hizo realidad tras las pertinentes consultas con los responsables de la Cruz Roja y del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones”, relata Marisa.
“Nosotros asumimos la gestión, la congregación puso las instalaciones y el ayuntamiento se hizo cargo de las reformas precisas en el entorno y en las instalaciones.
Cuando hubo una redistribución de los refugiados acogidos en el albergue de Barcelona, pudimos asumir por primera vez esta actuación de acogida de emergencia” detalla la coordinadora.
- Así, el 12 de julio llegaron a Sobrado del Obispo unas 40 personas, entre mujeres adultas, chicos y chicas y unos 16 niños y niñas, aparte de algún hombre adulto.
- En el proceso que siguió, en la fase de instalación de los recién llegados y conocimiento de su entorno, Cruz Roja fue entrevistando la cada familia para conocer sus expectativas y para explicarles sus derechos y opciones.
“La mitad de ellos tenían familia o conocidos ya por Galicia así que, su destino final podría estar en otro lugar”, añade Marisa.
- Para los que deciden quedar, hay apoyo para escolarizar a nidos y niñas niñas, el posible asentamiento a través del empadronamiento, asistencia sanitaria (algunas familias traen documentación sanitaria, otras no).
- En esta fase de acogida de emergencia, los refugiados cuentan con un equipo profesional integrado por una persona educadora social, una trabajadora social, gobernanta, integradora social y 4 subalternas.
- Se hay familias que deciden dejar plazas libres, estas son para otras personas acogidas, como ya sucedió a finales de agosto, procedentes también de Barcelona.
Después de la acogida temporal
- En la siguiente fase, las personas refugiadas con opciones laborales contarán con apoyo para comenzar a trabajar “con la idea de que puedan sentirse útiles e integrarse. Se nota que tienen ganas por el interés en aprender castellano en las clases con las que cuentan desde el principio”, añade Marisa.
- Los más rápidos fueron los niños y niñas, que durante este verano lleno de olas de calor, descubrieron las piscinas municipales en sus exploraciones y fueron a ellas con frecuencia.
- Ángeles intenta resumir el estado personal de los que forman parte de este grupo de refugiados, recordando lo que cuentan las mujeres que están en él: “ellas vienen para proteger a sus hijos, sino quedarían allí, con hermanos, padres y maridos para defender lo suyo. Así que viven en continua tensión, pendientes de los que tienen aquí, y de lo que pasa allá”.
Colegios y vecinos apoyan, ahora hacen falta empresarios
- Nunca antes se hiciera otra “acogida de emergencia” así, pero los organismos que habitualmente se encargaban, se vieron desbordados en esta ocasión.
- Tanto en la fase inicial de acogida de emergencia como en la siguiente de acogida temporal (en la que Cruz Roja de Ourense trabaja desde 2016), el proceso precisa de todo tipo de apoyo y colaboración. “Cuando llegan, algunas personas no traen nada o casi que nada, y siempre hace falta lo más básico, como ropa, zapatos, aunque ellos no reclaman nada. Al contrario, su talante es de agradecimiento”, índica Marisa.
- Este tipo de procesos, destaca, son “una oportunidad para aprender porque la diversidad es riqueza, y lo ideal es que puedan integrarse en este entorno privilegiado, aunque, conseguir trabajo por aquí cerca, en el rural o no, pueda parecer complicado, algo que con la colaboración de empresarios, vecinos… podría lograrse”.
- En ese sentido, la coordinadora provincial de la ONG recuerda que ya hay voluntarios, y los colegios de Barbadás trabajaron y aportaron todo el preciso para que 11 niños y niñas en edad escolar pudieran recuperar sus estudios hace un mes.
- “Ahora se necesita el apoyo de las empresarias y empresarios locales, porque lo ideal sería que las personas adultas encuentren trabajo en esta mismo entorno, y tienen mucho interés y preparación para formar parte del tejido laboral, sin problema”, añade Marisa.