08/08/2021

Alfonso, Dani y Víctor, los últimos del barallete?

Emprendimiento en Barbadás

Alfonso, Víctor e Dani, da orquesta Espiga e barallete-falantes
  • Alfonso Rey Fernández, su hijo Daniel y el amigo Víctor José Castro Rivera son músicos desde que tienen consciencia, según dicen, y forman parte de la orquesta Espiga, que antes se llamó Amanecer, Sensación, Vaguada, Arabia, Alborada y ya fue Espiga antes, en los años 70 y 80.

 

  • Muchos años de músicos “ambulantes” hicieron de ellos unos hablantes habituales de la jerga de los músicos o “ barallete de los xingros” como se dice en esa habla de uso gremial y semejante la de los afiladores  y canteros.

 

  • El barallete surgió por la necesidad de hablar entre los músicos sin que los demás entendieran de lo que hablamos, porque cuando íbamos a tocar la una aldea, en los años 60, 70 y 80, los vecinos y vecinas se encargaban de darnos el almuerzo y cada familia acogía a dos o tres músicos en su casa, y así  podíamos hablar de si la comida estaba buena o no, por ejemplo, sin que enteraran”, recuerda Alfonso.

 

La importancia de decir “abuñar”

  • Sobre esa lengua minoritaria, Dani explica que “ abuñar” es el verbo comodín “que vale para todo en barallete” pues significa “ser, estar, parecer, ver, hacer…” según el contexto del resto de la frase.

 

  • Abuña muquición copo” es como se dice que “la comida está buena”… y era importante, según lo que vivió Alfonso, que los músicos habían estado contentos con el trato recibido para tocar en las sesiones vermú, en la tarde y en la verbena nocturna. “Las familias competían para ver quien daba más de comer y beber los músicos que le tocaba atender en la casa”, relata.

 

  • Víctor asegura que supo del barallete por Alfonso y otros “músicos de más edad que tocaban en bandas”, y esas bandas siempre fueron numerosas en el ayuntamiento de Barbadás. Precisamente en este ayuntamiento, y en el de Celanova  y entorno, parece estar el origen de esa lengua gremial, según varias investigaciones como la de Carlos Diéguez o la de la asociación cultural Ben Cho Shey.

 

  • Las personas de las orquestas y bandas ourensanas que tocaban en las fiestas de toda Galicia, solían juntarse antes de salir o recién llegados de vuelta, para hablar de los proyectos y vivencias, y lo hacían en el bar Marbella o en el Rías Baixas.

 

  • En este último hasta había sesiones de “karaoke” a las que acudían representantes musicales en la búsqueda de nuevas voces para sus orquestas. “Había muchas personas en ese mundillo”, segundo recuerdan. Ahora “está más profesionalizado y no hay tanto contacto”, detallan.
Alfonso, Víctor e Dani, da orquesta Espiga e barallete-falantes.
Alfonso, Víctor e Dani, da orquestra Espiga e barallete-falantes. Roferta (Barbadás) 05/08/21 foto Rosa Veiga

Hoy hay músicos y músicas, pero no hay gremio

  • Alfonso, Dani y Víctor concuerdan en que  músic@ s hoy no son gremio. “Antes ensayábamos y tocábamos para pasarlo bien y ya de paso, sacar algo de dinero, pero teníamos otro trabajo para vivir. Desde los años 90 hay músicos muy buenos,  mucho músico con sueldo durante todo el año, sin conciencia de gremio ni de pasarlo bien, todo es muy distinto”, aseguran.

 

  • En conversación mantenida en el local de ensayo que Alfonso tiene en la casa, entre As Lamas y A Valenzá (en la tierra de nadie llamada calle Roferta), no son partidarios de que una aldea “venda los pinos del monte para pagar una macro-orquesta y competir así con las que contratan otras aldeas, por el espectáculo visual”, frente a “tiempos pasados” en los que se competía por la calidad y variedad de la música.

 

  • Por eses cambios en el sector, creen que o “barallete dos xingros” no parece tener futuro, y recuerdan que hace tiempo mantenían conversaciones en esa lengua desconocida para mantenerla viva y mejorarla. “Discutíamos cómo se decía cada palabra porque a veces, era algo diferente segundo en que zona viviera el músico, y hoy casi no hay con quien hablarla”, lamenta Alfonso.

 

  • Quien narra más historias es Alfonso, que en su trayectoria recuerda seis meses de actuación diaria en una “barra americana” de Seixalvo a finales de los años 70, o actuaciones como músico de acompañamiento para grupos como la juvenil “La pandilla” , cantautores como Bernardo Xosé  o cantantes como Ana María Montana (con esta también tocó Víctor).

 

  • Alfonso deu a coñecelo barallete ao seu fillo Dani e a Víctor, e podería falalo con fluidez con outros como Carlos Romero  Loren Tabarés e os demais integrantes de “Abuña Jazz” , entre outros. “Precisamente o nome dese grupo é barallete, pola palabra abuñar”, detalla.

 

  • Ademais da evolución do sector, a pandemia paralizou a actividade en marzo de 2020, e mentres se reactiva e se van reconstruíndo os grupos e orquestras, os tres soñan con ser de novo os “granxos da godaxa”, que ven sendo os “reis da festa” no seu barallete.

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