26/03/2021
Emilio trajo desde Caracas el “Chicote” de Barbadás
Emprendemento en Barbadás
- Emilio de Francisco de Jesús emigró en 1983 como hicieran poco antes otros vecinos y vecinas suyos de Gorgua (Padrenda). Encontró su primer trabajo en la capital de Venezuela, en el restaurante/marisquería “Chicote”, de Caracas.
- “Fue mi primera oportunidad para trabajar allí y me trataron muy bien así que cuando volví, puse ese nombre a mi primer restaurante como agradecimiento a Benito Álvarez que fue el que me echó una mano cuando lo necesitaba”, relata.
- En la emigración, Emilio vivió también en Maracaibo donde abrió, con dos socios, un bar/panadería y una tasca llamada “O Picoteo”. Con Adao de Souza Barbosa y José Pinheiro mantiene esa sociedad, pero hace 22 años que Emilio decidió volver y “comenzar una nueva vida”.
- Estableció su casa en As Lamas, trabajó en el bar “Picoteo”y abrió en A Valenzá dos tiendas tipo “todo a cien” llamadas “Regalart” que cerró cuando “llegó la competencia de los bazares chinos”.
- “Por la mi experiencia, sabía que estar al frente de un restaurante es muy duro y no contaba con hacerlo de nuevo, después de Venezuela, pero el dueño del local “O Padriño” de A Valenzá vino a ofrecérmelo con insistencia, y sorprendentemente para mí, aceptó la contra-oferta que le hice”.
- Hace siete años de ese acuerdo, y Emilio aún tardó cinco meses en decidirse a abrir, pues su interés era alquilarlo para que otra persona abriese el negocio. Pero no apareció nadie interesado y, finalmente, el que fuera restaurante “O Padriño” pasó a llamarse “Chicote” (como aquel de Caracas) cuando por fin se decidió a reformarlo y abrirlo él mismo.
Menú, tapas y carta permanentes
- La apuesta de Emilio fue por la cocina “tradicional y típica”, con recetas aprendidas de su madre, que sigue siendo la persona que consulta para la cocina.
- Para explicar la buena marcha del “Chicote” , habla de que los platos son abundantes “y se hicieron famosos en Ourense por ese detalle”, pero es su hija Emily la que dio con el “secreto”: “mucha organización en la cocina”.
- Y así se ofrece un menú que da a escoger cada día entre 7 primeros y 7 segundos (siempre los mismos) y otros especiales como la fabada de los miércoles, los callos de los jueves o el cocido de cada viernes.
- La carta y las tapas también son elaboraciones fijas porque de momento, “si funcionan para que cambiarlas”, asegura Emilio. Las más pedidas por los y las comensales son entrecot, chuleta, salpicón de marisco de bacalao “a la portuguesa”.
- La “estrella” de su cocina es el cocido que cada viernes reúne docenas de comensales en la terraza que da a la avenida de Celanova, la que tiene hacia un lateral y los dos espacios interiores dos que dispone su local. En estos tiempos de pandemia y precauciones, las mesas están separadas por mamparas.